Tal vez sea uno de sus glóbulos rojos, la piñata de sus niños, pero prontito llegará a saber que soy todo su cuerpo. Susurro esto que me inspira mi Caribe, soy un obsesivo de su mar, de sus montañas, sus lagos, alboradas, de lo bello que es. Pienso en el porqué que nací en él, me cultivé sembrado de su vientre, amé dentro de su seno las pasiones que dictaron a mi musa componer. Vengo de allí donde la gente tiene gestos auténticamente míos, no hay invierno sólo calor fresco de vivir. No hay posdata más bella que la firmada por la música del Caribe, ciudad que recoge cada astro del espacio deshabitado por el indio, murallas que clavaron su flora y el desierto sufrido por el español. Esta es mi colección a mi bello e irrepetible Caribe, sólo mío, aquello que los asiáticos añoran del idioma del sabor, y que los esquimales lloran por el clima concebido por mi padre geográfico. Y si vendo esto que amo en mis poesías, lo hago de mi corazón por lazos tan fuertes que me atan y hacen mi pluma escribir en un terreno homenaje... Un nombre que glorifico de parte de Dios. "Amor y paz para mi bello Caribe".